Aida 1913
Para conmemorar el centenario del nacimiento de Giuseppe Verdi, una puesta en escena muy admirada de su obra Aida fue producida en 1913 en Verona, con ocasión de la primera edición del Arena Opera Festival, en el increíblemente bien conservado anfiteatro romano de la ciudad. Desde entonces, esta muy querida ópera trágica en cuatro actos ha sido frecuentemente representada en este mismo lugar, situado en la Piazza Brà, desde donde también parte un recorrido turístico en un trenecito. Aunque esta antigua construcción es utilizada cada verano para acoger el variado festival de ópera de la ciudad, sólo una obra se ha representado casi continuamente desde aquella primera ocasión: Aida; y de ahí el título de Aida 1913. Existen pocos lugares mejores que el centro del casco histórico de Verona para disfrutar de una ópera tan notable, cuya acción se desarrolla en el Antiguo Reino de Egipto, sobre todo si la representación se combina con un pequeño circuito en trenino pasando por los lugares más notables de la ciudad.
Fue Isma’il Pasha, el hombre que gobernó en Egipto y Sudán durante gran parte de las décadas de 1860 y 1870, quien encargó a Verdi una ópera ambientada en su país. El periodista y poeta Antonio Ghislanzoni proporcionó a Verdi el libreto, que muchos consideran su mejor obra. Cuando la ópera fue estrenada en El Cairo en la Nochebuena de 1871, obtuvo una gran acogida. En pocos años, la obra fue representada en escenarios de todo el mundo, de Buenos Aires a Londres, y de Berlín a Nueva York.
La actual producción de Aida en la Arena de Verona es una reposición de la primera representación que se produjo en este mismo lugar en 1913. La historia, por supuesto, es la misma que entonces. Una princesa etíope llamada Aida ha sido esclavizada y retenida en la corte egipcia. Ésta se da cuenta de que se ha enamorado del joven capitán egipcio Radamés. Por desgracia para la pareja, la hija del faraón también siente algo por Radamés y la situación se vuelve aún más incómodas para Aida cuando estalla la guerra entre su país natal y Egipto.
Donde mejor se expresa, quizá, el estado de confusión de Aida, dividida entre la lealtad hacia su pueblo y su amor por Radamés, es en O patria mia, la hermosa aria que canta en el tercer acto, que se desarrolla a orillas del Nilo, cerca del templo de Isis. Otra pieza magistral, La fatal pietra, es un tierno dúo interpretado por Radamés y Aida en el cuarto acto. La mayoría de los melómanos reconocerán igualmente la muy popular Marcha triunfal cantada por el conjunto de intérpretes para celebrar una de las victorias militares de Radamés.
Además de la ópera, esta deliciosa experiencia incluye un circuito en trenecito, o trenino, por las bellas calles veronesas. El trayecto dura unos 25 minutos y cuenta con explicaciones en varios idiomas. Comienza y termina en la Piazza Brà, muy cerca del acceso a la Arena. El trenino sale cada media hora aproximadamente y pueden tomarlo bien el mismo día de la representación, bien el día anterior o posterior a ésta, según les convenga mejor. El recorrido del trenecito pasa, entre otros lugares destacados, por el Arco dei Gavi, de la época romana, la Basílica de Santa Anastasia del siglo XV, la iglesia de San Fermo del siglo XVIII o el Castelvecchio, un castillo medieval construido por la familia Della Scala.