La Traviata, Ópera de G. Verdi

La Traviata es una obra crucial en la historia de la ópera. Bajo la presión de La Fenice, que le pedía una nueva creación, y gracias a su reputación ya establecida en Venecia tras la triunfante acogida de Rigoletto, Giuseppe Verdi era un compositor dispuesto a correr riesgos.
De hecho, La Traviata suscitó polémica. Su narración era increíblemente atrevida para la ópera: tenemos una cortesana que es la heroína, que se niega a sí misma la felicidad que merece para salvar la reputación de la familia de su amante, en un escenario decididamente más burgués que noble. Pero la nueva ópera de Verdi era mucho más que una historia diferente; el compositor abandonó la forma convencional de la ópera cada vez que ésta impedía el desarrollo de la trama o el retrato de sus personajes. Así pues, la música está al servicio del drama, lo que convierte a Verdi en alma gemela de su contemporáneo alemán Richard Wagner más que de sus predecesores italianos.
¿Es, entonces, realmente la protagonista una mujer derrotada? Para los aficionados a la ópera de hoy en día, Violetta Valéry es alguien que respetamos porque está dispuesta a dejar las fiestas y la alta sociedad por las honorables intenciones de Alfredo Germont. Es al padre de Alfredo, Giorgio, a quien el público desprecia, junto con su falta de moral, porque es éste quien exige a la joven que renuncie a su relación con su hijo.
A mediados del siglo XIX, sin embargo, éste era un territorio peligroso para la ópera. Quienes fueron a ver La Traviata en la época de Verdi se dieron cuenta, como lo hace Giorgio cuando acepta que Violetta es digna del amor de su hijo, de que tendrían que replantearse muchas de sus ideas, actitudes y prejuicios. Lo que hace a La Traviata aún más fascinante es que ahora podemos apreciar además que se trataba de una ópera en un cruce de caminos, dispuesta a abandonar el virtuosismo del bel canto por una autenticidad realista que anticipó el verismo mucho antes que la Cavalleria rusticana de Pietro Mascagni.
La Traviata fue una revelación y sigue siendo, más de siglo y medio después de su composición, digna de ser disfrutada una y otra vez. Ahora, está nuevamente de regreso en la casa de ópera donde se estrenó el 6 de marzo de 1853, el Gran Teatro La Fenice, el mejor teatro para ver y escuchar la obra más atrevida de Verdi.