Gabrieli / Maderna / Strauss / Holst
Diplomado por la Juilliard School y con décadas de experiencia en su haber, Dennis Russell Davies es un pianista y director de orquesta muy solicitado. En el Gran Teatro La Fenice de Venecia, dirige a la orquesta y al coro a través de tres obras monumentales y les aporta su estilo característico, elevándolas para crear una experiencia musical colectiva única. Aunque las tres piezas del programa abarcan periodos musicales muy diferentes, Dennis Russell Davies los reúne en una extraordinaria amalgama tonal que permanecerá en la memoria de los asistentes mucho tiempo después de que se haya extinguido la última nota.
La representación comienza con In Ecclesiis, una obra sacra para coro y orquesta de Giovanni Gabrieli. Eminente representante de la escuela veneciana, este compositor italiano desempeñó un papel esencial en la transición estilística del Renacimiento al Barroco entre los siglos XVI y XVII. In Ecclesiis es la obra independiente más popular de Gabrieli. Ésta impresiona por su dramatismo musical, ilustrado por disonancias, notas de transición y armonías extrañas hábilmente colocadas que captan la atención del público y la mantienen hasta el final. Las interpretaciones modernas de esta obra se basan en los arreglos de Bruno Maderna, un compositor y director de orquesta innovador que dejó una brillante huella en la música neoclásica del siglo XX.
Le sigue el poema tonal Muerte y transfiguración, Op. 24, de Richard Strauss, un conmovedor relato de la vida y el fallecimiento de un artista. Esta obra fue estrenada el 21 de junio de 1890 en el Festival de Eisenach (Alemania). Muerte y transfiguración está estructurada en cuatro partes que describen la lucha del hombre moribundo por aferrarse a la vida, seguida de una retrospectiva de su existencia y su transfiguración final para alcanzar el paraíso. Los críticos han descrito la obra como una de las composiciones más cuidadosamente elaboradas de Richard Strauss, con una carga emocional difícil de igualar.
Los planetas, Op 32, suite orquestal en siete movimientos de Gustav Holst, cierra la velada. Se trata de una fantástica representación de los planetas de nuestro sistema solar y de sus supuestos caracteres astrológicos. El estreno en el Queen's Hall de Londres el 29 de septiembre de 1918 fue todo un éxito. Varios motivos, en particular Marte, con su amenazante quinta disminuida emblemática, pasaron a formar parte rápidamente de la cultura popular. Esta suite, en su mayor parte instrumental, termina con Neptuno, el místico, donde un coro femenino sin palabras se funde con la textura musical, llevando a Los planetas y al conjunto de la representación en el Gran Teatro La Fenice, bajo la experta dirección de Dennis Russell Davies, a una conclusión hipnotizante.