El barbero de Sevilla, Musica a Palazzo

Musica a Palazzo es una asociación que crea el equivalente operístico del teatro con escenario central, colocando al público en el corazón de la acción. Sus cantantes y músicos interpretan algunas de las más grandes óperas del mundo, pero no en un teatro sino en el impresionante Palazzo Barbarigo Minotto. Situado a orillas del Gran Canal de Venecia, el Palazzo es uno de los más hermosos ejemplos de arquitectura y ornamentación barrocas de la ciudad.
El propio Gioacchino Rossini no podría haber deseado mejor escenario para su obra más perdurable, El barbero de Sevilla. Estrenada el 20 de febrero de 1816 en el Teatro Argentina de Roma, El Barbero de Sevilla tiene lugar en el siglo XVII. El Palazzo que podemos contemplar hoy en día, fruto de la unión del Palazzo Minotto, del siglo XV y estilo gótico, con el Palazzo Barbarigo, del siglo XVIII, evoca un ambiente en el que los personajes de Rossini se habrían sentido prácticamente como en casa.
El Palazzo se presta además perfectamente a la historia de Figaro, cuando éste ayuda y anima a su antiguo patrón, el Conde Almaviva, en su audaz intento por ganarse la mano de la bella Rosina. Los dos cómplices tejen una red de engaños alrededor de Bartolo, el celoso guardián de Rosina, y de Basilio, sospechoso profesor de música de la joven. A medida que Almaviva se pone un disfraz tras otro y que las intrigas que ha tramado con Figaro se vuelven más retorcidas, el público se ve tan atrapado en la historia como Bartolo y Basilio, al seguir y casi convertirse en parte de la trama desplazándose de sala en sala por el magnífico Palazzo.
De alguna manera, el Conde y Figaro consiguen ir un paso por delante del desafortunado Bartolo, quien al final no puede contar ni siquiera con la lealtad de Basilio; bajo pena de muerte, acepta añadir su firma al contrato de matrimonio entre Rosina y Almaviva.
El púbico se implica de tal manera en la trama que, estando tan cerca de los intérpretes, le resulta casi imposible resistir la tentación de advertir a Almaviva, Figaro y Rosina de la presencia de Bartolo y Basilio.
Este es El barbero de Sevilla como probablemente nunca lo han visto u oído antes: una forma muy especial de disfrutar de la mejor de las óperas bufas.