Las Cuatro Estaciones, A. Vivaldi

Cuando creó su célebre ciclo de conciertos para violín conocido como Las Cuatro Estaciones, o Le quattro stagioni en italiano, Antonio Vivaldi buscaba, y consiguió lograr, la intemporalidad. Al igual que el verano llega inevitablemente tras la primavera, y el invierno viene después del otoño, su emotiva y evocadora música sigue viva y goza de una popularidad eterna. Escuchar la reinterpretación musical de las estaciones de este gran maestro, especialmente en la atmósfera única de la iglesia All Saints Church de Roma, es una oportunidad exquisita.
Antigua iglesia anglicana, All Saints Church es un lugar fantástico para representaciones musicales. Situada convenientemente en el centro de la Ciudad Eterna, no lejos de la Piazza del Popolo, la iglesia se ha establecido como un lugar de culto y cultura por más de dos siglos. A fin de ofrecerles una experiencia inigualable, esta interpretación de Las Cuatro Estaciones de Vivaldi cuenta con un ensemble más pequeño compuesto por violín solista, primer y segundo violín, violonchelo y clavicémbalo. En este formato de cámara, las partes individuales que hacen que Le quattro stagioni sea una obra tan popular y venerada podrán apreciarse aún mejor y les permitirán disfrutar de cada melodía y contrapunto.
Vivaldi compuso este grupo de cuatro conciertos para violín a principios de la década de 1720, siendo las partituras oficialmente publicadas en Ámsterdam en 1725. El maestro probablemente encontró la inspiración para su creación durante su estancia en Mantua, donde se dedicó por completo a la vida en el campo. Recolectó vistas y sonidos de su entorno rural y los convirtió en una partitura musical magistral. Si escuchan atentamente, podrán identificar el curso de pequeños arroyos, los ladridos de un perro pastor, el crepitar del fuego en la chimenea, las fiestas de los pueblos, el zumbido de las abejas y el canto de los pájaros.
La increíble imaginación tras el concepto de Las Cuatro Estaciones no tenía igual en la época de su estreno; y, todavía hoy en día, la obra sigue siendo un ejemplo de onomatopeya e inventiva musicales. Para acompañar su publicación, Vivaldi también incluyó sonetos que describen más claramente qué características de cada estación evocan los conciertos. Como obra de arte completa, estas cuatro piezas orquestales llegaron a definir el legado del maestro.
No hay mejor manera para tener una visión íntima de la belleza y la metáfora musical de la obra más importante de Vivaldi que escucharla en un arreglo minimalista que incluye todos los temas principales y las armonías complejas que la hacen tan especial. Si tienen curiosidad por saber qué es lo que da tanta fama a estos conciertos, sólo tienen que asistir a la versión de Las Cuatro Estaciones que se representa en la All Saints Church de Roma.