La Resurrezione, Oratorio de G. F. Händel

La histórica Basílica de Massenzio, situada en el antiguo Foro Romano, en el corazón de Roma, acoge la representación del oratorio La Resurrezione (La Resurrección) de Georg Friedrich Händel. Este concierto forma parte del programa del Festival de Caracalla que se celebra cada año en la capital italiana. Se trata de una excelente oportunidad para apreciar la majestuosidad de la música del compositor alemán nacionalizado británico en un marco verdaderamente excepcional.
Interpretado por la Orquesta Nazionale Barocca dei Conservatori, este oratorio en dos partes fue escrito justamente durante la estancia de Händel en Roma, cuando contaba con poco más de veinte años. Fue estrenado en la Ciudad Eterna el 8 de abril de 1708 en el Palacio Ruspoli. Tomando como tema la resurrección de Cristo, La Resurrezione destaca a menudo por su frescura y vitalidad, algo de lo que a veces carecen las obras más maduras del compositor. Escrito para cinco cantantes solistas, una orquesta y un coro, este oratorio se acerca más a una ópera que a una obra de concierto tradicional.
De hecho, a pesar de su tema sacro, La Resurrezione tuvo que ser casi obligatoriamente orquestada por Händel como un oratorio, a causa de la prohibición papal de la época de representar óperas en Roma. La música retrata la batalla entre los protagonistas en términos extremos: los de la oscuridad y la luz. Así, por ejemplo, Händel no sólo representa en su música a Lucifer, con una partitura para bajo, sino también a otras figuras bíblicas, como María Magdalena. La música de Händel mantiene la tensión dramática a pesar de que el desenlace final es algo que los espectadores de la época probablemente ya conocían y conoce seguramente también el público actual.
Sin embargo, La Resurrezione se basa sólo vagamente en los relatos que forman los cuatro evangelios. El libreto de Carlo Sigismondo Capece añade mucho color a una historia familiar con algunas extrañas referencias a mitos griegos. Es posible que el público quede particularmente impresionado por el aria Ferma l'ali, e sui miei lumi, cuya conmovedora orquestación está realizada para una soprano acompañada con flautas dulces y delicados violines. La triste y dolorosa aria Per me già di morire es otro momento culminante del oratorio, con un nivel de ternura casi divino.
Dadas su ambientación romana y la música poderosamente evocadora de esta obra que sigue siendo tan apreciada por el público de todo el mundo, esta representación de La Resurrezione deleitará tanto a los aficionados a la música religiosa como al resto de melómanos.