Tosca, Ópera de G. Puccini

La fascinación de Giacomo Puccini por las heroínas con destino trágico le hizo enamorarse inmediatamente de la pieza teatral La Tosca de Victorien Sardou, a la que asistió en 1889. Desde entonces, persiguió sin descanso el objetivo de convertir dicha obra francesa en una ópera clásica italiana. Las negociaciones sobre los derechos de autor, la rivalidad de otros compositores, la reticencia de los libretistas y la censura política obstaculizaron continuamente el proyecto, pero el maestro perseveró. Finalmente, Tosca fue estrenada en el Teatro Costanzi de Roma el 14 de enero de 1900, recibiendo una crítica poco entusiasta pero una adoración total del público, que se mantiene actualmente. Las fantásticas arias de Puccini, el rápido ritmo de la acción y los repentinos giros del argumento garantizan a la obra un lugar perdurable en el repertorio. Esta temporada, el Teatro Aurora de Florencia-Scandicci revive esta clásica ópera verista.
A pesar del escepticismo de Victorien Sardou en cuanto a las capacidades compositivas de Puccini y a las habilidades de sus libretistas Luigi Illica y Giuseppe Giacosa para convertir su texto teatral en un escenario viable para una ópera, la adaptación musical de su obra La Tosca superó con creces la popularidad de la original. Además, marcaría también una importante etapa en el establecimiento del estilo característico del maestro, el verismo, según el cual la acción en el escenario se desarrolla casi en tiempo real. El contagioso realismo de Tosca, combinado con su tema y su escenario incendiarios, resultó ser a la vez una bendición y una maldición: los espectadores quedaron cautivados, pero los censores retrasaron un día el estreno por miedo a los disturbios. De hecho, la acción de la ópera se desarrolla en Roma, una ciudad sitiada por el ejército de Napoleón y que se escapa del control del Reino de Nápoles.
En el centro de la trama encontramos a la bella, vanidosa y caprichosa cantante Floria Tosca. Ajena a la delicada situación política y militar, ésta deja que los celos cieguen su juicio y traiciona, sin querer, a su amante Mario Cavaradossi y a su amigo revolucionario Angelotti, entregándoles al despiadado jefe de policía Scarpia. Los acontecimientos se van desencadenando de forma descontrolada, y el amor, la rebelión, la tortura, el asesinato y el suicidio se fusionan en una agitada intriga que ha mantenido al público en vilo desde hace más de un siglo. Para hacer avanzar la acción, Puccini compuso algunas de sus más célebres arias, incluyendo Vissi d'arte de Floria Tosca, así como E lucevan le stelle y O dolci mani de Cavaradossi. En Firenze-Scandicci, esta obra maestra del verismo sigue viva.