La Cenerentola, Ópera de G. Rossini
El hada de Cendrillon (La Cenicienta), del gran narrador francés Charles Perrault, ha hechizado al mundo en numerosas ocasiones. El joven Gioachino Rossini figuraba entre los admiradores de esta historia fantástica, y la inmortalizó en su célebre ópera La Cenerentola, que ahora se representa en el escenario del Teatro del Maggio Musicale Fiorentino de Florencia.
Tras el reciente éxito de El barbero de Sevilla, Rossini estaba ansioso por seguir trabajando en el género operístico del dramma giocoso, en el que hacía realmente brillar su talento musical. Como de costumbre, el joven y activo compositor estaba presionado por la falta de tiempo. Así que eligió rápidamente Cendrillon como texto fuente y reclutó a Luca Agolini como colaborador musical, quien contribuyó a la ópera aportándole algunos recitativos y otros números para solistas.
Rossini y su libretista Jacopo Ferretti trabajaron con empeño para retirar todos los elementos mágicos de La Cenicienta original con el fin de adaptar la obra al refinado gusto del público romano, que no sentía gran estima por los “cuentos infantiles”. Así, La Cenerentola de Rossini carece de hada madrina y zapatos de cristal, pero mantiene a la bella y bondadosa protagonista de Perrault.
En esta versión del cuento, Cenerentola (Cenicienta) sufre malos tratos por parte de su padrastro y sus dos hermanastras, pero mantiene la esperanza y la calma. En lugar del famoso zapato, un elegante brazalete ayuda al príncipe a identificar a Cenerentola y nos conduce hacia un final feliz. Esta reinterpretación de la trama del cuento de hadas clásico habría complacido tanto a los empresarios como a los espectadores y a los censores del siglo XIX.
El éxito de La Cenerentola se debió a la relación ligeramente tumultuosa entre Rossini y Ferretti. Según cuenta la leyenda, el compositor y el libretista se lanzaron a una carrera para tratar de terminar su parte del trabajo antes que el otro. Cada uno tardó poco más de tres semanas en finalizar su tarea. Así, la ópera fue estrenada el 25 de enero de 1817 en el Teatro Valle de Roma. Los críticos no quedaron demasiado impresionados, a diferencia del público, que la adoró. En aquella época, La Cenerentola superó rápidamente a El barbero de Sevilla como la obra escénica más popular de Rossini y pronto conquistó también el resto de Europa.
La Cenerentola brilla con las melodías alegres y la orquestación juguetona de Rossini. Los solos de coloratura de la protagonista Una volta c'era un re y Ah prence, io cado ai vostri piè son a la vez exigentes desde un punto de vista técnico y un deleite para los oídos. En el registro más grave, el padrastro de Cenerentola interpreta Miei ramipoli, una excelente aria cómica.