El progreso del libertino, Ópera de Igor Stravinsky

El progreso del libertino (o The Rake's Progress) es una historia fáustica ataviada con las melodías características de Igor Stravinsky. Esta ópera en tres actos sigue las desventuras de Tom Rakewell, que se hace amigo de Nick Shadow y se embarca en una serie de aventuras teñidas de libertinaje, cada una más intrépida que la anterior. Se estrenó en La Fenice de Venecia el 11 de septiembre de 1951 y, desde entonces, ha sido objeto de reposiciones regulares. La asociación de una historia clásica de depravación hedonista y una partitura creativa e inquietante, que muestra a un Stravinsky en su mejor momento, garantiza a El progreso del libertino su posición permanente como joya oculta en el repertorio. El Teatro del Maggio Musicale Fiorentino acoge una cita especial con la tentación del diablo esta temporada.
Tras el libreto de El progreso del libertino encontramos a los célebres poetas W. H. Auden y Chester Kallman, quienes se inspiraron en una serie de grabados y pinturas de William Hogarth realizados en el siglo XVIII y titulados igualmente A Rake's Progress (o El progreso del libertino en español). La ironía que esconde el título se hace patente al leer el argumento. Tom Rakewell está comprometido con Anne Trulove, pero el padre de ésta se preocupa por el aparente desinterés de su futuro yerno por un trabajo honesto y una vida productiva. En efecto, el joven rechaza una oferta de un empleo remunerado y declara su deseo de vivir más bien de los trapicheos y confiando en su suerte. Es en ese oportuno momento que entra en escena el misterioso Nick Shadow para anunciar que Tom acaba de heredar una importante suma de un tío fallecido. Los dos hombres se dirigen a Londres para resolver las cuestiones de la herencia. En este fatídico viaje, Nick corrompe poco a poco a Tom y lo empuja a una vida de libertinaje y comportamientos absurdamente autodestructivos.
La creatividad y la maestría en la expresión musical de Igor Stravinsky es un elemento central en el éxito duradero de El progreso del libertino. Aunque su partitura esté destinada a una orquesta tradicional, esta ópera presenta usos decididamente atípicos de instrumentos conocidos y agrupaciones inventivas que crean una atmósfera inimitable. La escena culminante en la que Tom y Nick – que resulta ser nada menos que el mismísimo Diablo – apuestan el alma de Tom en una partida de cartas está acompañada por un solo de clavicordio, lo que produce un gran efecto dramático. El Teatro del Maggio Musicale Fiorentino acoge un viaje diabólicamente entretenido.